miércoles, 21 de octubre de 2015

Bienvenida al mundo, pequeña.

En este mundo, en ciertas ocasiones, los seres humanos somos capaces de enamorarnos sin  ni siquiera saber cómo es la otra persona.

Parece un suceso extraño, pero ocurre muchas más veces de las que la gente piensa.    

Yo, por ejemplo, soy un caso de esto.  
  
Porque verás, pequeña. Yo ya estoy enamorada de tu risa pilla que suena por toda la casa  cuando haces alguna travesura, aún sin haberla escuchado todavía.    

Yo ya estoy enamorada de esa mirada de corderito que pones cuando quieres algo o cuando  te están regañando, aún sin haberla visto nunca.

Yo ya estoy enamorada de esos abrazos tan cálidos que das por lo feliz que estás al verme,  aún sin haberlos sentido en mi vida.    

Yo ya estoy enamorada de esos pasos torpes por la calle que das, tropezándote de vez en  cuando, aún sin haberte visto caminar.    

Yo ya estoy enamorada de esa tierna voz que me contará todos y cada uno de tus problemas  y alegrías, aún sin haberte oído hablar.    

Yo ya estoy enamorada de ti. Aunque todavía tus pies no hayan tocado nuestro suelo.  Aunque todavía tu cuerpo no se haya acomodado en nuestro sofá. Aunque tus juguetes no se  hayan buscado un hueco entre nuestras cosas.    

Y es que verás, pequeña. Yo ya estoy enamorada de ti antes de que tu mirada se haya  cruzado con la de tu madre, con la de tu padre, con la de tus abuelos, con la de tu  bisabuela… antes de que se haya cruzado con la mía.   

 Estoy enamorada de ti antes de que hayas venido a este mundo. Y lo seguiré estando por  todo el tiempo que estemos juntas en esta vida.    

Te quiero, sobrina. Te espero impaciente para enseñarte todo lo que he aprendido y para  ayudarte a descubrirlo todo por ti misma.   

 Nos conoceremos muy pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario