lunes, 1 de diciembre de 2014

Diálogos nocturnos.

La cabeza contra la almohada, disposición completa a perder el sentido.
 Lo impiden los latidos.

Apoyado en el colchón sientes otro cuerpo, con la tuya su respiración se confunde.
Te sumerge, te hunde.

Palabras incoherentes salen de tu boca, le susurras tus delirios.
Principalmente enfermizos.

Como consuelo obtienes un beso, obtienes una caricia.
Y una terrible pesadilla.

Hielo por labios, garras por manos.
Deseo frustrado.

Silueta esquelética, certera asesina.

¿Quieres consultarlo con la almohada todavía?

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